Entiendo que la razón por la cual estábamos juntos es porque me querías, también entiendo que la razón por la que quieres irte es que has dejado de quererme.

Comprendo que algunas de nuestras actitudes minaron nuestra mutua confianza, ellas, fueron desgastando el amor y  nos fuimos conduciendo al sendero en el que discutir era los más cercano a expresar lo que pensábamos uno del otro, competir por tener la razón se convirtió en el pegamento que nos mantenía unidos en esta relación.

Intentamos repararnos una y otra vez, al final, éramos los mismos,  los de antes, aquellos que no entendían lo que le  pasaba al otro, queriendo ocultar nuestra ignorancia y poca bondad con reclamos.

Ahora que sabemos que juntos fuimos responsables de este resultado, que aunque deseo una oportunidad, un intento más, tú desde tu sabiduría o ego has optado por  irte.

Solo quiero pedirte un favor; vete sin culpa, ni reclamo, eres libre de elegir la vida que quieres para ti, de involucrar en el proceso a las personas,

situaciones o cosas que creas necesarias para seguir siendo feliz.

Vete y no me adjudiques la culpa de tu infelicidad en la relación conmigo, vete sin compararme con tu nuevo amor, vete sin juzgarme por no ser quien querías que fuera para ti.

Al final, nos elegimos, en ocasiones nuestras elecciones son equivocadas, pues la certeza del futuro no le es dada a los mortales.

Vete con una sonrisa, con la esperanza, con la certeza que como tú, yo también estaré bien.

Celebro que tu vida comience a florecer y de seguro cuando sea el momento  haré lo mismo con mi vida y esa no es tu responsabilidad sino la mía.

Recuerda;  después de tantos intentos de estar juntos ahora nos separamos, me voy sin culpa te libero de la culpa y la responsabilidad de hacerme feliz, esa es mi tarea, tuve que perderte para  encontrarme a mí y  aprender a vivir, ahora estamos en caminos distintos y con una misma tarea, la de ser feliz.

Gracias, gracias, gracias… te envío luz.